21 Sin
lágrimas
Ella cerró la puerta de mi habitación.
-Entiendes
más que yo. Siempre ha sido así. Eres fuerte Mel, mas que todos nosotros.- Ella
era sabia, demasiado.
-Ya
sé, siempre me dices eso. Jean. Eres una estupenda hermana, me alientas, y todo
eso. No quiero que me des un discurso.
-Sabes
sobre que es… Mamá y papá y el que te ignoren.
Ella realmente era sabia, lo sabía.
Sus ojos dorados y brillantes no mentían, no me ignoraban -tanto-. Siempre la
admiré, siempre la quise, aun que ella a Fer. Siempre perfecta, cabello que
hace juego con el sol. Un rubio oscuro, un rubio perfecto. Mi hermano, ojos
verdes, cabello más oscuro que el de Jean y el mío juntos.
-Eso
ya lo sé.- Dije.
-Es
muy duro…
-¡Ya
lo sé! No insitas, por favor. Ya sé que es duro, es duro que tengan una hija
enferma.
-No
es eso… bueno no solo eso. Quieren entenderte, pero no lo consiguen.
-Les
doy tanta lastima. Que cuando debieron castigarme ¡no lo hicieron!
-¿Esperas
que yo te castigue?- Esa era una invitación, para mi pequeño futuro.
-No.
Libertad, si no es molestia. - Intenté fingir una sonrisa.
-Bien.
Fue bueno hablar de esto ya. ¿Estás preparada para tu nueva vida?
-No.
-Genial-
La miré confundida, se sentó en la cama junto a mí, y el colchón se quejó- Las
cosas saldrán mejor, será genial, muy interesante. Sé que no te gustan los
cambios, pero serán buenos. Te lo prometo.
Acarició mi cabello lentamente, como
si fuera incluso mejor que el suyo. Le sonreí, ella era mi hermana de verdad.
-¿Cuándo?
-Por
la mañana.- Me abrazó con fuerza. Todo su amor iba depositado en eso.
La admiré aun mas, por que a pesar de
que yo irrumpiría en su vida, en su matrimonio, ella me aceptaba. Aceptaba lo
que sabía que era.
Mark, el mejor tipo que pudo estar a
su lado. Él chico que esperó tres meses mas para su boda; solo por que su
hermana estaba en el hospital, en su no-lecho de muerte. Y él me quería, me
apoyaba, tanto como su hermosa esposa.
Si yo
moría antes de tiempo. Estuviese en donde quiera que fuese. Los
extrañaría, mucho. Mas de lo que yo ahora mismo pudiese creer.
22 Evitando
despedirme
Por suerte Mar aceptó verme en el café
casi a las nueve de la noche.
El increíble cómplice mío: Mark, se
ofreció a llevarme en su fabuloso coche.
La noche era fría, se divertía con los
cuerpos de la gente. Era gracioso como me mordisqueaba la cara. Como picoteaba
mis mejillas al salir del auto para entrar a la pequeña cafetería local. ¿Y eso
era una ciudad?
-Gracias
por venir. - Le dije al friolento bulto de la mesa pequeña. El bulto se puso de
pie y me abrazó con fuerza. Su enorme abrigo se tambaleaba.
-No
sabía que pensar. Tu llamada si que me sorprendió.
-Siento
preocuparte.
-¡Nos
era imposible encontrarte!. Fuimos a tu casa… nadie nos abrió. Era inquietante.
¿ Qué te pasó? ¿Todo bien?
-No,
bueno ahora lo está.- Si le decía una pizca de la verdad, no le haría daño-
Estuve en el hospital…
-¿Hospital?-
Me interrumpió alarmada. Nos sentamos. Ella ya tenía lo que parecía un
capuccino.
-Nada
grave, algo me hizo daño. Tal vez la comida del restaurante- la mentira iba
ahí- pero me repuse.
-Pudiste
llamarnos. Hubiésemos ido a verte.
-Si,
no lo dudo. Sé que se preocuparon. Pero estaba medio dormida, no había manera.
Mi celular se quedó en casa, y mis padres se quedaron en mi cuarto de
hospital.- Ella dudó de mi expresión.
-Suena
creíble.
-Como
sea. Para lo que te llamé.
-Es
cierto, tú nunca me llamarías para algo por la noche si no fuese realmente
importante.
-Exacto.
Me voy- ¿Cómo lo tomarás Marisol?- Voy a mudarme. Mañana. Apenas lo sé, y quise
despedirme de ti al menos.
-¿Qué?-
Lagrimas de vuelta, intentando escaparse de sus ojos/ los míos- Debes estar
bromeando.
-No.
Lo siento Mar, no fue planeado, pero el ambiente de este pueblo que se hace
pasar por ciudad.- Naturalidad en mis palabras, naturalidad en mi voz y mi ser
completamente. Nada que no demostrara quien soy yo, hoy y ahora. Sabía que
pasando esto, yo no sería la misma.
-Es
triste ¿sabes?
-No
tienes idea de cuanto para mí. Perdóname Mar, no lo demuestro pero lo siento,
es algo muy fuerte. Voy a perder todo aquí. Tu amistad, la de todos. Y son
invaluables. Pero tengo que irme. Y despedirme de todos sería lo mas doloroso
que podría hacer, por eso me voy solo diciéndotelo a ti.
-¡Nunca!
¡Nunca perderás mi amistad! ¿Entiendes? Eso no va a pasar aun nos separen
continentes.-Tomó mis manos por sobre la mesa, era fuerte- Eres especial Mel,
que nadie te diga lo contrario. Sé que te llevabas mejor con Carrie, pero yo
realmente te quiero, mucho, no hay amiga como tú.
-Eso
no es cierto. Tu, tu eres importante, y… Vasta, no quiero hacer esto mas
dramático ¡mírate! Estás llorando.
-¡Y
tú! - Toqué mis pómulos, ¡Valla! Lloraba de verdad, lagrimas corriendo por mis
mejillas, no demasiadas, lo justo para que Mar supiera que era importante, un
recuerdo valioso en mi vida.
Mágico, lloraba mas por una chica, por
una amiga, viva y coleando, que por un fallecido que es/fue mi mejor amigo. No
sentí culpa esta vez.
-Algo
mas…- Y se secó las lagrimas que le quedaban en los ojos.- Tu y Brad.
29 de dic. 2011
-Oh
Mel, ¿Qué con eso?- Sonaba frustrada.
-¡Oye!
Yo me iré, así que quiero dejar las cosas en orden, lo más que pueda. Sé que te
gusta, te eh visto.
-Aun
que así fuera, él, no siente lo mismo, no sirve de nada que lo intentes.
-¡Mar!
¡A él le gustas, tanto o más que de lo que te gusta a ti! De verdad, si él no
se anima, hazlo tú. Ya sabes, eso del siglo veintiuno y todas esas cosas.
Vamos, tú… harás lo correcto. Como sea, me voy, Mark me está esperando afuera.
-Está
bien- Refiriéndose a lo de intentarlo, o no,- Cuídate. Y por favor, visítanos
seguido. No nos olvides.- Nunca,
imposible, incluso, si mi enfermedad no me acabara pronto, yo… podría volver,
volver a mi casa, a mi vida. A todo. - Y en cuanto llegues, llámame. Cuéntame
como es el ambiente de donde quiera que estés.
Nos sonreímos, nos despedimos. Y se lo
prometí; yo volvería pronto, al menos para visitarla. Y ella prometió no decir
nada, no hasta que yo me hubiese ido, no hasta que yo la llamara desde mi nuevo
hogar.
Le di un abrazo y salí del lugar.
Vaaaaya!!!!
ResponderEliminarMe encanta... La hermana de Mel es muy buena y comprensiva... Y pobre Mel... Aún así, no entiendo del todo por qué se tiene que mudar. ¿Es porque sus padres no la quieren?
Vaya, estos capítulos son muy emotivos... Y Mar es muy buena amiga. A pesar de que son muy tritese se leen muy rapido los capis...
En fin, tengo una pregunta de vocabulario. Un celular es un teléfono movil ¿no?
Besos guapa y me encanta me encanta me encanta tu libro Saya. Lo tuyo si que es talento.
By Triss
Muchas Gracias Triss!!!!! El lugar donde vive nos es apto para lo que le ocurre ya que necesitará una silla de ruedas -como comenta en capis anteriores- Y mayormente porque no pueden atenderla como necesitará.
EliminarY créeme que en algún cuando escribía la historia supuse que si escribía celular no le entenderían y adelante ya pongo móvil. Así que efectivamente eso es jeje disculpa por eso y si te encuentras con celular'' ya sabes a que me refiero.
Gracias por leer de verdad!!!!
Estos capítulos son muy tristes...pobre Mel...lo siento mucho por ella. Me pongo en su piel y si tuviera que mudarme lo habría pasado realmente mal. Primero habría sentido rabia hacia todo el mundo y después esa trsiteza tan amarga. Como le ha ocurrido a ella.
ResponderEliminarLos capítulos enganchan de verdad, son muy emotivos. No me puedo imaginar que pasará cuando cualgues los últimos. Tal vez los vuelva a releer todos :)
Me encanta tu historia Saya, eres fantástica.
¡¡Muchos besos Saya!!
By Myra
PD: De nuevo, siento haber tardado tanto en leerte pero el instituto me quita mucho tiempo.