Pliegos Entintados

jueves, 30 de agosto de 2012

Capitulo 4----- Hanna & Alexa

Sigo pensando en el nombre jejeje, Ya llegará algo :D Mientras tanto... Un pequeño capi más


4- Hanna

El sábado por la tarde Alexa llegó temprano. Usualmente perdía el tiempo mas rato, pero hoy no. Justamente ella había llegado y yo estaba a punto de salir. Simon había prometido diversión. Y yo había prometido no irme a dormir tan temprano.
         -Bonita, no te quedes dormida. Te lo pido.
Recordando: películas en casa de Brenna: doce y treinta de la noche y yo cabeceaba en el hombro de Cail. Pero hace tiempo.
         -No esta vez- Prometí.
Llegamos hasta un callejón donde había un letrero que decía: Night Room, un nombre poco inventivo claro, pero alejaba a las personas equivocadas. Estaba ansiosa y tremulante.
         -Solo recuerda que aquí hay unos cuantos que no son muy confiables procura estar alejada de zonas oscuras…
         -Si papá…- Le interrumpí, eso lo sabía bien.
Me dedicó una sonrisa y bajamos del auto. Estaba a punto de adentrarme a un bar para personas que no solo eran de mi raza.
No sé como, pero en un abrir y cerrar de ojos ya estaba adentro, Simon tenía influencias o el lugar pésimos guardias.
Me dejó en la barra, él fue a saludar a unos amigos que yo no conocía, pude ver caras que sí, como a Cail y Denisse, creí ver a Trevor pero no estaba muy segura.
         -¿Qué hace una linda dama en un lugar como este?- Esa voz me recorrió el espinazo de forma aterradora. Seguro ese hombre era un vampiro.
Supuestamente en esta case de lugares a ellos les es difícil reconocer a los que no lo son, pero al parecer ese hombre que parecía borracho me había descubierto. Simon no estaba cerca.
         -Viene conmigo…- Le dijo la voz poderosa del chico que me encantaba.
Me incomodó sentirlo tan cerca. Se puso tras de mi tomándome de la cintura con una mano. Demasiada confianza. Él hombre dio un respingo y se alejó. Ray me tomó del brazo y me llevó a una puerta al cruzarla me encontré con una bar pequeño y privado. Me ciñó contra la pared.
         -¿Qué haces aquí?
No comprendí si su tono era preocupado o molesto.
         -No eh venido contigo. Suéltame.
         -No… Hanna, es peligroso que estés aquí, debes irte. ¡¿Cómo entraste?!
         -No gracias a ti, seguro, obviamente no me lo habrías dicho.- Reproché molesta.
         -No es un buen lugar para ti…
         -¿Y si para ti? Dime de una vez ¿qué quieres de mí?
Sabía que era posible que la respuesta me dolería, peor necesitaba saberlo.
         -Todo- Me sorprendí. O había escuchado mal.
         -¿Qué?
Desvió la mirada. Si tan solo pudiera escuchar el palpitar de su corazón… Tal vez era mi imaginación pero parecía que si podía escuchar el rápido y casi imperceptible sonido de sus latidos. Me inmuté, eso debía ser imposible, era como si todavía quedara algo de vida en su ser.
         -Debes marcharte…
         -¿Eso quieres?- No sabía que estaba diciendo, ni a lo que me exponía.
         -Es peligroso- Su voz era áspera y entrecortada.
         -¿Porqué no me respondes? ¿A que le huyes?
         -Hanna, no quiero que nada te pase, si estás conmigo podrías salir lastimada.
         -… nunca creíste que la única persona que me puede lastimarme eres tú ¿verdad?
Apretó la quijada, como conteniendo infinidad de palabras que ansiaba por decir.
         -El que te calles me lastima ¿Por qué no lo entiendes? Si no te intereso… por lo menos deberías decírmelo de una buena vez ¿para que lo alargas si no importo?
         -¿Crees que me callaría si no importara? Es demasiado peligroso.
         -Nada… -Insistí- Dime lo que sientes… aquí y ahora…
Me miró desesperado como diciéndome que no le hiciera eso. Apretó los labios, giraba la cabeza para evitar encontrarse con mi mirada suplicante. Finalmente me tomó por los hombros, acercó su cara a la mía, yo no podía escapar aunque lo quisiera, mi espalda se posaba en la fría estructura de yeso.
Tocó mi mejilla e hizo una expresión que me decía que estaba reuniendo todas sus fuerzas para hacer lo que haría… como si necesitara demasiada fuerza para hacerlo. Y pegó sus labios a los míos. Abrió la boca y yo instintivamente respondí al beso, fue tan extraño y reconfortante al mismo tiempo, esperaba transmitirle lo que sentía através de mis emociones… No sabía que pasaba por su mente, pero tal vez él si sabía lo que por la mía…


No hay comentarios:

Publicar un comentario